jueves, 11 de julio de 2013


MI MANO HIZO TODAS ESTAS COSAS, Y ASÍ TODAS ESTAS COSAS FUERON, DICE JEHOVÁ; PERO MIRARÉ A AQUEL QUE ES POBRE Y HUMILDE DE ESPÍRITU, Y QUE SE ESTREMECE ANTE MI PALABRA.  Is.66:2

Si dejamos las malas tendencias después de escudriñar nuestro corazón, desconfiaremos de nosotros mismos y el amor al yo desaparecerá junto con la autosuficiencia, reconociendo que el poder y la grandeza sólo le pertenecen a Dios.

Sólo con la fortaleza de Jesús podremos levantar la influencia seductora del mal.  Debemos humillar nuestra alma bajo la mano poderosa de Dios y reconocer que nada somos sin su poder.
El afecto excesivo hacia nosotros mismos, la egolatría y el yo deben ser destronados de nuestra vida. El orgullo debe ser humillado, si queremos conocer la gloria del reino espiritual.

La verdadera humildad consiste en recibir con corazón agradecido cualquier provisión hecha en nuestro favor y en prestar servicio para Cristo con fervor.

La guerra contra el YO es la mayor batalla que jamas se haya luchado.  La entrega del YO, el rendir todo a la voluntad de Dios y ser vestido con su humildad, el poseer ese amor que es puro, pacifico, y fácilmente accesible, lleno de bondad y de buenos frutos, no es un lazo fácil...  El alma debe someterse al CREADOR antes que pueda ser renovada en conocimiento y verdadera santidad.  La verdadera humildad nos lleva a la  negación absoluta de creernos mas importantes que los demás, a renunciar completamente al YO en ostentación y alabanza a nosotros mismos.  Es ausencia total de la soberbia.  El Mesías rehusaba a la ostentación y a la vanagloria, Él no buscó  posesiones, ni títulos, aun rechazo el mismo privilegio de hacerse Rey de las naciones.

LLEVAD MI YUGO SOBRE VOSOTROS Y APRENDED DE MI, QUE SOY MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN Y HALLARÉIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS.  Jer.6:16; Mat.11:30
Revestíos de humildad porque: Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes. "Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte cuando fuere tiempo". 1Ped.5:5-6

Humillaos ante la presencia del CREADOR porque el único abogado que tenemos es JESÚS EL SALVADOR. 1Jn.2:1-2; Rom:8:34
No hay nada que ofenda tanto a Dios o que sea tan peligroso para el alma humana como el orgullo y la suficiencia propia, de todos los pecados es el mas desesperado e incurable.
La fuerza de los hijos de Dios esta en su humildad.  Cuando son pequeños en sus propios ojos, el CREADOR será para ellos su fuerza y su justicia y Dios prosperá sus labores.


El carácter de Jesús es un tesoro de bondad.  Él anhela llenar el mundo de paz y de un gozo que serian similares a los que existen en el mundo celestial.  "Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es EL SANTO:  "YO HABITO EN LA ALTURA Y LA SANTIDAD, Y CON EL QUEBRANTADO Y HUMILDE DE ESPÍRITU, PARA HACER VIVIR EL ESPÍRITU DE LOS HUMILDES, Y PARA VIVIFICAR EL CORAZÓN DE LOS QUEBRANTADOS". Is.57:15 


Si poseemos la humildad de nuestro MAESTRO quien es CRISTO JESÚS, nos elevaremos por encima de los desprecios y rechazamientos.
 

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