viernes, 12 de julio de 2013

MENSAJE DE LOS TRES ÁNGELES Apocalipsis 14:6-12


Los mensajes de Apocalipsis 14:6-12, constituyen una triple amonestación del más profundo interés. EL MENSAJE DE LOS TRES ÁNGELES  es la verdad presente. Es el último llamado de misericordia que se debe dar al mundo. Este mensaje, da una solemne advertencia a todas las personas que viven en la actualidad. Cada ángel anuncia un mensaje diferente, pero todos unidos tienen el mismo propósito y nos conducen sabiamente a la REFORMA Y AL REAVIVAMIENTO necesarios para obtener la vida eterna.


MENSAJE DEL PRIMERA ÁNGEL DE APOCALIPSIS 14:6-7
“Y vi a otro ángel volar por en medio del cielo, que tenía el EVANGELIO ETERNO, para predicarlo a los moradores de la tierra, y a toda nación y tribu y lengua y pueblo, diciendo en alta voz: TEMED A DIOS Y DADLE GLORIA; porque LA HORA DE SU JUICIO HA LLEGADO; y ADORAD a Aquel que hizo el cielo y la tierra, y el mar y las fuentes de las aguas”. Ap. 14:6-7.

El primer ángel anuncia la proclamación del  EVANGELIO ETERNO que debe ser predicado a todas las naciones, tribus, pueblos, y lenguas. El EVANGELIO ETERNO nos guía a la SANTA LEY DE DIOS, que no tiene principio ni fin, que es válida para todos los tiempos y nunca cambiara porque DIOS ES ETERNO, es un mensaje de salvación, un llamado a temer o  reverenciar a Dios, a darle gloria y adorarle. Estos tres verbos, son imperativos y tienen una definición independiente que seguidamente analizaremos.

1.  TEMER O REVERENCIAR A DIOS. Es no permitir que el yo se interponga entre toda alma y el gran artífice. No dejes que tu voluntad se frustre, el elevado propósito que Dios desea alcanzar por medio de ti. Teme confiar en tus propias fuerzas. Teme retirar tu mano de la mano de Cristo, e intentar recorrer el camino de la vida sin su constante presencia. Teme que tu voluntad no se sujete a la voluntad del Padre Eterno y tus rasgos de carácter no sean iguales a los de Cristo, ni cultivados a la imagen perfecta y santa del Redentor y a que los rasgos divinos no rijan tu vida, porque Dios es el que en nosotros produce así el querer como el hacer por su buena voluntad.

Temer a Dios es guardar sus diez mandamientos, siguiendo el ejemplo de la vida de Jesús, puesto que la obediencia plena al Padre es el fruto de la fe. 1Jn.2:3-6; 5:2; Jn.14-15; 15:10. La FE implica arrepentimiento, confesión, aceptación de Cristo como el salvador personal y único. La FE debe ser viva y constante. Es una confianza que no se rinde, una firme dependencia de Cristo. “Puestos los ojos en Jesús el autor y perfeccionador de la fe”. Heb.12:1-3.

Temer a Dios es vivir como Cristo vivió, es una entrega total en todo que nos induce a la obediencia plena con la seguridad de obtener la victoria para la vida eterna.
Temer a Dios es confiar en sus promesas, es cuidar de nuestro cuerpo tanto física como espiritualmente apartándolo de los vicios, el sexo libre, la homosexualidad, el lesbianismo,  las abominaciones y aberraciones, de la delincuencia, el secuestro, el robo y de toda inmundicia y suciedad.

2. DARLE GLORIA. Es reflejar el carácter Divino en el nuestro diariamente; viviendo el ejemplo perfecto de Jesús que está registrado en Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Darle gloria al Creador, es ser agradecidos como el leproso de la parábola de Luc.17:12-19 que cuando vio que se había sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, se postró sobre su rostro a los pies de Jesús dándole las gracias; y no sólo recibió sanación corporal, sino también la salvación.
 Darle gloria es colocar a Dios en el lugar santo, perfecto y sublime como el ser supremo, creador de los cielos y la tierra.

3. ADORARLE O ALABARLE. Adorar a Dios es alabarle a la hermosura de su santidad con cánticos de glorificación a su Santo Nombre. La alabanza desempeña un papel importante en la adoración a Dios y el gran conflicto.

La adoración debe estar ligada con la obediencia a la Ley de Dios en el SANTO DÍA DE REPOSO SÁBADO,  que está establecido por Dios dentro del marco perfecto central del CUARTO MANDAMIENTO. Ex.20:8-11

La exaltación de adoración y alabanza, debe ser perfecta, sublime, santa y pura, puesto que en sus horas sagradas debemos cuidar aun de nuestras palabras. Is.58:13-14

ADORAR A DIOS es el tema focal y discutido en la gran tribulación del conflicto final. ADORAR A DIOS es aceptar la señal de santificación, viviéndola en plenitud expresada en Ez.20:11-12,20. La alabanza desempeña un papel de suma importancia en la adoración a Dios y el gran conflicto. Ex.20:8-11;Sal.96:9.

Para realizar un culto de adoración al Omnipotente Rey Eterno, Creador de los cielos y la tierra, el mar y de nosotros como adoradores, debemos tener en cuenta que la alabanza sagrada es SANTA, PURA, CELESTIAL y nos debe ELEVAR ANTE LA PRESENCIA DEL ETERNO. Con salmos, himnos y cánticos espirituales… Ef.5:19

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