Satanás convierte la música, en un canal para tener acceso a las mentes humanas e impulsarlas a desarrollar emociones pasionales, que corrompen el plan de la adoración, y por ende la hace profana. Nunca debemos adorar por impulso. La música de adoración y alabanza debe despertar en el alma la gratitud y la disposición de tener un encuentro personal y directo con el Salvador del mundo.
Cuando usamos sinfonías de rock, pop, reggaeton, folk, rap, metálica, disc, jazz, electrónica, ranchera, salsa, ballenato, country, western, son, puya, merengue, gaitas, etc., o de alguna otra tonalidad que tenga que ver con los demonios y cuyos ritmos inducen a insinuaciones sensuales perversas originadas por el diablo, estamos bebiendo la copa de los demonios.
La música CONTEMPORÁNEA está definida como música CRISTIANA ROCK, la cual es inexorable, repetitiva y ruidosa e invierte el orden correcto de los elementos de la música normal haciendo del ritmo y la armonía más importantes que la melodía y la lírica. Los tambores con sus electrizantes ritmos causan poderosos daños en el cerebro, agitan los sentimientos, proporcionan tensión, excitación, lascivia sexual y secreción hormonal fuera de lo normal y por supuesto nos llevan a la idolatría.
DIOS RECLAMA ADORACIÓN SANTA, PORQUE Él ES SANTO.
La alabanza a Dios, debe elevarnos al trono celestial, purificar nuestros pensamientos, y ennoblecer nuestro espíritu. En el cielo, alabaremos con santidad; nada profano e inmundo o satánico entrarà allá.
ADORAR A DIOS es entregarle nuestro ser íntegramente en completa obediencia a su SANTA LEY, para que nos limpie, nos purifique y nos santifique a través de Nuestro Salvador dedicándole tiempo diariamente para conocerle mediante el estudio concienzudo de la Santa Palabra, orando y rogándole por sabiduría y discernimiento. ADORAR A DIOS es no tener Dioses ajenos, ni placeres acariciados como juegos de vídeo, música y películas indecentes que incitan a toda clase de pecados. ADORAR A DIOS es pedirle perdon, humillando nuestro corazón ante la divina presencia para ser libres del pecado. ADORAR A DIOS es mostrarle agradecimiento con integridad en la obediencia, reconociendole como DIOS JUSTO Y PERFECTO.
.
.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario