miércoles, 5 de marzo de 2014


                                     LIBERACIÓN DE LOS SANTOS  (1)


Dios escogió la media noche para liberar a su pueblo.  Mientras los malvados se burlan en derredor de ellos, aparecerá de pronto el sol con toda su refulgencia y la luna se parará.  Los impíos se asombraran de aquel espectáculo, al paso que los santos contemplaran con solemne jubilo aquella señal de su liberación. En rápida sucesión se producirán señales y prodigios.  Todo parecerá desquiciarse. Cesarán de fluir los ríos. Aparecerán densas y tenebrosas nubes que entrechocarán unas con otras.  Pero habrá un claro de persistente esplendor de donde saldrá la voz de Dios como el sonido de muchas aguas estremeciendo los cielos y la tierra.  Sobrevendrá un tremendo terremoto.  Se abrirán los sepulcros y los que murieron teniendo fe en el mensaje del TERCER ANGEL Y GUARDARON EL SABADO, se levantarán, glorificados, de sus polvorientos lechos para escuchar el pacto de paz que Dios va a hacer con quienes observaron su LEY.

El firmamento se abrirá y se cerrará en violenta conmoción.  Las montañas se agitarán como cañas batidas por el viento, arrojando
peñascos por todo el derredor.  El mar herbirà como una caldera y lanzará piedras a la tierra.  Al declarar Dios el día y la hora de la venida de Jesús y conferir el sempiterno pacto a su pueblo, pronunciará una frase y se detendrá mientras esta retumba por toda la tierra.

  El pueblo de Dios permanecerá con la mirada fija en lo alto, escuchando las palabras según van saliendo de labios de Jehovà y retumbarán por toda la tierra con el estruendo de horrísonos truenos.  Será un espectáculo  pavorosamente solemne.  Al final de cada frase los santos exclamarán: "!GLORIA! ALELUYA!" Estarán sus semblantes iluminados por la gloria de Dios, y refulgirán como el rostro de Moisés al bajar del Sinaì.  Los malvados no podrán mirarlos porque los ofuscará el resplandor.  Y cuando Dios derrame la sempiterna bendición sobre quienes le han honrado santificando el SÁBADO, resonará un potente grito de victoria sobre la bestia y su imagen.
Entonces comenzará el jubileo durante el cual debe descansará la tierra. Los piadosos esclavos se alzarán triunfantes y victoriosos, quebrantando las cadenas que los oprimían, mientras sus malvados amos quedarán confusos y sin saber que hacer, porque los impíos no podrán comprender las palabras que emitirá la voz de Dios. Pronto aparecerá la vislumbrante y gran nube blanca que a la distancia se verá pequeña, sobre la que vendrá sentado el Hijo del Hombre.

Cuando se acerque a la tierra, podremos contemplar la excelsa gloria y majestad de Jesús al avanzar como vencedor. Una comitiva de ángeles ceñidos de brillantes coronas le escoltaran en su camino y llevará corona de gloria  que ceñirá en su frente a cambio de la corona de espinas.. Sobre sus vestidos y muslo aparecerá escrito el titulo REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.  Su aspecto será tan brillante como el sol de mediodía; sus ojos como llama de fuego; y sus pies parecerán de fino bronce.

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